La pregunta en sí no es muy creativa, lo que es sorprendente son las respuestas que obtengo cuando la formulo. Más del 80% de los alumnos a los que hago esta pregunta en distintos foros y ponencias contestan directamente con el número que nos enseñaron los árabes. ¿Por qué? ¿Qué número has puesto tu?
Cuando queremos analizar alguna característica de las personas (o de cualquier animal de una misma especie, no seamos tan acaparadores), lo primero que hacemos es tomar medidas de un gran número de individuos. Después estos valores se representan matemáticamente y el resultado es una curva en forma de campana de Gauss (distribución normal). La importancia de esta distribución es que aparece constantemente en la naturaleza o en la actitud de las personas.
Por ejemplo, si midiéramos el IQ (no creo que el IQ mida la inteligencia, pero nos vale para el ejemplo) de los españoles, tendríamos a un 15% con una inteligencia débil o insuficiente (IQ entre 55 y 85); otro 15% con inteligencia superior o superdotados (IQ entre 115 y 145); y casi todos nosotros, el 70%, estamos en la media (IQ entre 85 y 115). También hay algunos genios: Bobby Fisher 187, Galileo Galilei 185, o Einstein 160.
Esto mismo sucedería si midiéramos el peso, la altura, el grado de felicidad… de la población de cualquier país del mundo: el 70% de personas están en la media, entonces… ¿Por qué no ocurre lo mismo cuando medimos la creatividad? ¿Cómo es que rompemos las normas matemáticas con esta codiciada competencia humana? He encontrado tres causas y si a alguien se le ocurre alguna más os ruego que la compartáis.
Por un lado unimos la creatividad a las Bellas Artes: pintura, escultura, música, poesía… Por otro lado la vinculamos a estallidos de genialidad: personas que sin ningún esfuerzo crean cosas nuevas que se les ocurren en un flujo constante de ideas. Por último la creatividad nos compromete, y eso puede requerir un esfuerzo extra que no estamos dispuestos a realizar.
Refutación de las dos primeras y alabanza a la segunda: Por supuesto que los artistas son personas creativas, pero desde luego no son los únicos. Inventores, emprendedores, abogados, jardineros, personas que mantienen vivas sus relaciones durante años… todos son creativos, lo cual no quiere decir que sean genios. Si nos acostumbramos a ver la creatividad como un proceso (y muy duro a veces) y no como una chispa divina, nos daremos cuanta que cualquiera lo puede hacer.
Yo no sé juzgar si este blog es bueno o no. Lo que sí se es que no me levanto por la mañana, me siento en el ordenador y en 10 minutos tengo listo el siguiente post. En cada una de las entradas pienso en lo que te puede interesar, luego defino la necesidad o problema que quiero acometer, más adelante busco ideas e investigo para probar diferentes formas de contártelo. Finalmente repaso muchas veces lo escrito para ver si se entiende, si es ameno y si es útil.
Escribir esta página es un proceso, un método cuyo ingrediente principal no es otro que el compromiso. Y con él toco el tercer punto. En general la creatividad ha sido empujada al inconsciente por nuestros padres, el sistema educativo, el tipo de trabajo que hacemos… Se nos ha potenciado mucho más el orden, la estructura, la inteligencia lógico-matemática, lo racional… En aras de lo intuitivo, lo creativo, la expresión de nuestro ser.
Es el momento de romper la creencia de que los creativos son unos pocos seres tocados por la mano de Dios. Tú también lo eres, todos lo somos, solo tenemos que buscar un método, creer en el proceso y poner el esfuerzo en el compromiso de hacerlo (Picasso hizo 45 bocetos previos al Guernica). De esta manera aflorará el ser creativo que lleva años dentro de ti esperando la oportunidad de renacer. Solo necesitas comprometerte con ella, buscar en qué area de tu vida la puedes aplicar (ya te avanzo que en todas) y dedicarle tiempo. Este blog existe porque pienso que puede servir a alguien a desarrollarse y eso es lo que me hace caminar en él.
Ejercicio de creatividad: Esta noche, cuando vayas a lavarte los dientes, utiliza la mano contraria: si eres diestro, la zurda, y viceversa. Vas a explorar tu boca y dentadura de forma diferente, vas a ser más consciente del proceso, vas a pensar realmente en lo que estás haciendo y lo tendrás que hacer con delicadeza para no hacerte daño. Vivirás el presente absoluto… y todo eso simplemente cambiando un cepillo de mano… ¿A qué otros sitios puedes llevar esta idea?
Hola Jon, mi problema con la creatividad es que va y viene. Cuando me siento creativa, y digo siento por que no sé si lo seré. Me vivo conectada con todo, parece que el mundo me hablase y yo voy descifrando mi camino al estilo Sherlock Holmes. No sé nada, simplemente me dejo llevar por las pistas y una sigue a la otra en un viaje desconocido. Entonces, me percibo motivada, apasionada. Pero, este estado en mi, no es continuo, de pronto sin saber por qué se corta, he inicio un proceso de búsqueda y retorno a ese estado idílico. Yo preguntaría: ¿Qué hacer para que la creatividad pueda ser constante? ¿Donde está el truco? que yo, todavía no he aprendido.
Hola Maria José, creo que la creatividad va muy unida a la motivación y caminan juntas en sus subidas y bajadas. Trabajando la motivación la creatividad la acompañará siempre 🙂
Gracias Jon, he aplicado la fórmula y tienes razón. El problema no es la creatividad, si no la motivación. Me trabaje mi motivación y la creatividad siempre está disponible.
🙂
Como todas las capacidades la creatividad siempre se ve sometida al criterio del espejo y me refiero al reflejo que los demás ven de ti. Uno puede ser muy creativo en la soledad pero lo más importante para mí es compartirla porque de esa manera se incrementa y se motiva uno más, y eso es una de las cosas que nos gustan de ti. Gracias por tu post me lo he pasado muy bien haciendo el test de IQ y practicando con el cepillode dientes que por cierto, se me ha dado muy bien.
Gracias Pilar, efectivamente, las cosas compartidas saben mejor. ¿Cuánto sacaste en el test? es broma 🙂
Por cierto mi IQ fue 132 jajaja
Bienvenida al club de los superdotados jajaja