Son las 7:35 de la mañana del domingo y acaba de arrancar el AVE con dirección a Málaga. Acompaño a Joaquina Fernández a una conferencia que va a pronunciar el Granada a las 11:00. Somos los dos únicos pasajeros de preferente y no puedo evitar la sensación de que han fletado el tren para nosotros. Comento en voz alta que así deben sentirse las personas con avión privado. Hay una tranquilidad agradable en el vagón y arrancamos en el silencio de un amanecer de perezosas nubes grises.
La conversación es cordial mientras repasamos y hacemos algunas modificaciones a la presentación. Luego disfrutamos del silencio. Levanto la mirada y en el monitor de televisión están poniendo una película Palestina, creo, por las imágenes y algunos subtítulos que voy leyendo. Enseguida me pregunto porqué las personas necesitamos distraernos. Para qué necesitamos periódicos, libros y revistas para un trayecto de apenas dos horas y media que invita a la reflexión.
Tengo ante mi cuatro ventanas al mundo, y cada una me va a mostrar un mapa del mismo a cual más distorsionado. Por un lado está la televisión con la película Palestina que me deja ver una realidad de odio territorialidad y represión tan lejana a la que vivo que solo puedo empatizar desde la postura un poco cínica del que tiene el estómago lleno y se compadece del hambre de los demás.
El teléfono me golpea: “Os recojo en la estación de Santa Ana, en Antequera” Esta segunda ventana digital, nos llama siempre con mucha fuerza y capacidad ilimitada de entretenimiento. Entremezcla el mundo de amigos y conocidos con el nuestro, con las noticias, juegos, música… Un laberinto infinito que nos mantiene terriblemente alejados de nosotros mismos.
La tercera ventana es literal. Los campos de olivos cordobeses pasan a 305 kilómetros por hora, una bandada de estorninos, una casa blanca solitaria custodiada por una palmera… Es una realidad que según la estoy contemplando la echo de menos, sustituida casi siempre por las otras dos. Noto que vamos perdiendo interés por ella en aras de la realidad virtual y la realidad aumentada, viviendo cada vez más una hiperrealidad que incapacita nuestra conciencia para distinguir la realidad de la fantasía.
Cierro los ojos. No para dormir. Es para asomarme a la ventana que más paz me da y a la que menos me asomo. Soy yo, son mis pensamientos y sentimientos. Ellos me hacen esbozar este post en el aire, me hacen darme cuenta de la admiración que siento por la mujer que sigue trabajando en su presentación, y me hacen respirar pausadamente en armonía con el leve traqueteo del tren. Con los ojos vueltos en sus cuencas me asomo a mi pasado queriendo comprender mi presente.
La conferencia ha sido brillante. Conozco a Joaquina desde hace más de 22 años y he asistido a innumerables presentaciones, clases y discursos. Sigo aprendiendo cada vez, y no solo de sus conocimientos, sobre todo de esa capacidad única de conectar desde dentro, de tender la vida en una bandeja de plata para acariciar con ella el corazón de todos los asistentes. Solo alguien con los ojos muy abiertos hacia dentro tiene esa capacidad.
Hace unos años trasteando en internet encontré a Joaquina Fernandez. Además de una gran oradora me pareció que sus exposiciones eran muy interesantes . Después descubrí que tu trabajabas con ella lo cual me pareció curioso y casual. Ahora sé que hacéis un tandem de lo más completo. Mis ventanas a la realidad son muchas, y una de ellas ahora es tu blog el cual gracias a ti me hace pensar y reflexionar. Gracias por esta nueva ventana. Un beso Pipi.
Hola Pilar¡¡¡ me encantan los giros espectaculares que da la vida con encuentros y desencuentros imprevisibles. Gracias por leer el blog y me alegra estar de nuevo en contacto. Un beso¡¡¡
Hola Jon, tus palabras suenan hoy suaves y dulces. Cono te podrás imaginar, estoy contigo en la admiración y el amor que sientes hacia Joaquina. Un abrazo
Buenas Jhon, me ha gustado mucho lo que has escrito y cómo lo has descrito. Me he maravillado con la delicadeza y la fuerza de tus palabras. Gracias por compartir tus reflexiones y acercarme tu mirada intima de un pedacito de tu vida cotidiana al lado de una maravillosa mujer . Gracias a los dos por tanto. Gracias por compartir y gracias a Dios por poneros en mi vida. Un abrazo grande y feliz dia! Ha sido un descubrimiento tu blog.
Hola Gema, muchas gracias por tu bonito comentario que me da fuerzas para seguir