No hay conflicto que no entrañe una simple pregunta: ¿quién soy? Las elecciones que hacemos en nuestra vida me parece que no son sino un intento de aclarar la incertidumbre de quienes somos. Si miras con extrañeza esta pregunta es que de alguna manera te has negado a reconocerte a ti mismo. Juguemos un poco con las palabras. Si no sabes la respuesta a esta pregunta, es señal de que no quieres ser lo que eres; sin embargo si aceptas la transcendencia de la vida, estás vivo porque, en realidad, has aceptado quién eres, simplemente has decidido que desconoces la única certeza por la cual vives.
Así es como nos volvemos inseguros ante la vida y nuestro lugar en ella. A veces siento como que mi mente está dividida en dos partes: la que conoce la verdad y la que no. ¿Cuál de las dos pone en duda lo que soy? Casi siempre la duda recae sobre la parte que huye del compromiso alejándose de la búsqueda de un sentido a la vida. Porque saberlo implicaría dirigirme sin excusa en esa dirección.
Para muchas religiones la vida tiene un sentido escatológico, su sentido está ligado a otras vidas y a la adoración de Dios en esta para conseguir un futuro póstumo mejor. Es como hacer un poco la pelota para que en la siguiente vida Dios me de un trabajo mejor. Aquí estarían sobre todo las tres religiones de los libros: Biblia, Corán y Torá. También algunas religiones orientales consideran la vida como algo preparatorio para la siguiente. La incomodidad de estas posiciones es que en realidad parece que no estoy viviendo la vida, que no estoy sino viviendo sin libertad la actual en aras de ganarme la siguiente.
Es como si estuviera corriendo los 100 metros lisos en las Olimpiadas pero no queriendo vencer sino solo entrenando para ganar en los siguientes Juegos, dentro de 4 años. Un poco raro ¿no?. Ya que estoy corriendo, ¿por qué no ir a tope?, ¿por qué no intentar ganar?, ¿para qué voy a esperar 4 años si lo puedo hacer ahora? Si soy un velocista el sentido de mi trabajo sería ganar esa carrera, pero ¿es ese también el sentido de mi vida? Hay cosas a las que se les ve fácilmente el fin último para lo que fueron creadas, de tal manera que existen en función de esa utilidad: el ordenador, una cuchara, un perro de porcelana… ¿piensas que ocurre lo mismo con los seres humanos? ¿Ves una relación directa entre quién eres y el sentido de tu vida?
Algunos pensadores han contemplado la vida como una escuela de aprendizaje. Para Platón la vida tenía sentido como búsqueda del conocimiento verdadero, un acercamiento a la idea, que proporciona dos cosas a la vez, felicidad y sabiduría. ¿Es lo mismo encontrar el sentido de la ida que encontrar la felicidad?. ¿Si alguien nos dijera el sentido de nuestra vida, le haríamos caso?, ¿entre ese conocimiento que supuestamente daría sentido a nuestra vida, está incluido el autoconocimiento?
Pido perdón por la cantidad de preguntas, pero tengo algunas más: ¿qué piensas que es la vida, sino lo que eres? ¿qué otra cosa sino tu podría estar viva en tu lugar?
La última y definitiva pregunta: ¿Y si el mundo fuera en realidad ese lugar donde, los que no nos conocemos a nosotros mismos, venimos a cuestionar lo que somos?
“Si tuviera que volver a comenzar mi vida, intentaría encontrarte encontrarme antes… »
Cita manipulada de El Principito